SAN BARTOLO COYOTEPEC, OAX.-A doce días de que personas sin escrúpulos abrieron la compuerta de la represa “La Candelaria”, propiciando la pérdida de los 50 mi metros cúbicos de agua que contenía su vaso, volumen que finalmente desembocó en el río Atoyac, el ambiente es de indignación entre autoridades municipales y habitantes de esta población, tierra de artistas distinguidos por sus extraordinarias obras de barro negro.
El torrente de agua acumulado y proveniente de escurrimientos naturales, arrastró más de cincuenta mil truchas de todos los tamaños, reconoció el edil Horacio Sosa Villavicencio.
Si bien una parte de las truchas se salvaron en la olla y bordos de retención de agua, alimentados metros abajo por “La Candelaria”, miles quedaron atrapadas en pequeñas pozas naturales de los arroyos a cielo abierto que conducen hacia el Atoyac, pero al secarse en esta semana propiciaron la muerte inevitable de los peces.
Para vaciar el vaso de La Candelaria, los delincuentes abrieron y luego destruyeron la llave reguladora de la compuerta, a pesar de que estaba asegurada con cadena y candado.
El síndico René Mateos López, dijo que los autores de este hecho que calificó de ecocidio, consumaron este atentado la noche del lunes 28 de octubre.
“Nos percatamos del hecho al día siguiente y aunque ‘La Candelaria’ contenía en su vaso un volumen importante de agua, no hubo forma de detener la fuga porque los ecocidas destruyeron el regulador de la compuerta”.
Desde la inauguración de “La Candelaria” hace más de un año, es la primera vez que San Bartolo Coyotepec, sufre un atentado de este tipo, abundó el síndico René Mateos López.
Para prevenir un atentado similar, las autoridades municipales de este municipio, soldaron ese mismo lunes 28 de octubre la llave reguladora de la represa “Guegoshuú”, cercana a “La Candelaria” y desde entonces ordenaron recorridos de vigilancia policial el la zona.
Las obras hidráulicas, realizadas el año pasado, fueron pensadas para retener miles de metros cúbicos de agua que provenían de las montañas y se perdían en el río Atoyac, y contaminados con desechos grises y negros se iban al mar, señaló el presidente municipal Horacio Sosa Villavicencio.
A la par de la construcción de dos represas que en su conjunto retienen 120 mil metros cúbicos de agua, “emprendimos la reforestación de áridos lomeríos de régimen comunal. Con el apoyo de los ciudadanos, especialmente de las mujeres, plantamos diez mil árboles, entre tepehuajes y jarillas”.
Aparte, la olla de agua alimentada por La Candelaria, beneficia a 200 árboles de aguacate, mediante sistema de riego por goteo.
Con ello, están dadas las condiciones para que este pueblo, de origen prehispánico, genere uno de los más importantes microclimas del valle, para revertir los devastadores efectos del calentamiento global, reforzó el presidente municipal.
Sosa Villavicencio señaló que este tipo de obras dilataron muchos años, a pesar de que se trata de obras de bajo costo. En la construcción de las cortinas se empleó mampostería y piedra de la región, y trescientos metros arriba se construyeron muros de gaviones para el filtrado del agua.
Las dos represas están calculadas para alimentar una superficie inicial de 40 hectáreas de superficie árida que estarán dotadas de riego por goteo.
Para facilitar la construcción de las dos represas fue necesario rehabilitar 30 kilómetros de caminos de terracería, usados actualmente por más de 200 personas como ciclopistas y para caminatas.
Este tipo de obras, aunque muy modestas, son estratégicas de cara al grave problema del calentamiento global, abundó el presidente municipal, lo que sustenta con el mensaje del sacerdote José Rentería, en la inauguración de esa infraestructura: “El agua es el medio a través del cual se transmite la vida divina en el bautizado”.
Este municipio de artistas como Abelardo López (Paisajista) y Carlos Magno Pedro (Escultor) ganó en el año 2011 el Premio Nacional de Ciencias y Artes. Contó mucho para la obtención de ese galardón, las costumbres, la cultura y la gastronomía de este pueblo, por cierto regido por el sistema de usos y costumbres, ahora denominado Sistemas Normativos Internos.
Barro negro y Danza de la Pluma
Este pueblo es de origen prehispánico, por los hallazgos arqueológicos encontrados en su jurisdicción, se sabe que fue un asentamiento zapoteca desde tiempos inmemoriales. Antiguamente su nombre en zapoteco fue Zaapeche (lugar de muchos Jaguares).
Aquí en el pueblo de San Bartolo fue el único donde se trabajó y se trabaja la artesanía de barro negro.
En la capilla de San Mateo Coyotepec estuvo el estandarte que portó Cortés durante la conquista con la imagen del perpetuo socorro.
En este municipio se ha bailado desde la antigüedad dos danzas importantes de conquista, ( la de la Pluma y la de los Jardineros Moros y Cristianos”).
En este pueblo pasó el General Vicente Guerrero, cuando lo llevaron preso hacia el Cuilapan, también estuvo el general Porfirio Díaz escondido durante su persecución en tiempos de la invasión francesa.
fuente noticiasnet.mx