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Las mujeres campesinas deben de ser empoderadas así como aplicarse estrategias que afronten las restricciones culturales y redistribuyan los roles entre mujeres y hombres en la agricultura, pidió hoy un experto.
El relator especial de Naciones Unidas (ONU) para el derecho a la alimentación, Olivier De Schutter, precisó que «compartir el poder con las mujeres es un atajo para reducir el hambre y la malnutrición» .
En la presentación de su informe anual sobre género y derecho a la alimentación al Consejo de Derechos Humanos que sesiona en Ginebra, dijo que la agricultura familiar se feminiza a medida que los hombres abandonan el campo en busca de trabajo.
Como primer paso exhortó a que se eliminen todas las leyes y prácticas discriminatorias que impiden a las mujeres acceder a los recursos agrícolas, tales como tierra, insumos y crédito.
Abogó por que se alivie la carga del cuidado del hogar a través de servicios públicos adecuados como cuidado infantil, agua corriente y electricidad.
Buscar agua o encargarse del cuidado de niños y ancianos pueden significar el 15 por ciento del PIB en los países de renta media y hasta 35 por ciento en los países de renta baja, aseveró.
Pidió que se renueve el interés por la educación, pues según datos entre 1970 y 1995, hasta 55 por ciento de la reducción del hambre podría atribuirse a mejoras en la situación de la mujer en la sociedad.
Los avances en la educación de la mujer (43 por ciento) resultaron ser casi tan importantes como la mayor disponibilidad de alimentos (26 por ciento) o los avances en salud (19 por ciento) juntos.
Por otra parte, el experto de la ONU instó a los Estados a que apliquen estrategias multianuales de seguridad alimentaria que promuevan la igualdad de todos, y redistribuyan las responsabilidades y los roles tradicionales entre mujeres y hombres.
Por último De Schutter destacó el programa de Bangladesh sobre cómo superar los límites de la reducción de la pobreza, como ejemplo de prestación de asistencia social en formas que sean sensibles a las restricciones que sufren las mujeres. Este programa incluye una reducción para las mujeres de los activos que requieren mano de obra intensiva, junto con una formación amplia en tareas de gestión de activos y desarrollo social.
