LOS ÁNGELES, EU (Agencias).- Hace algunos años su vida no era más que la de un multimillonario cualquiera. Vivía entre lujos, autos y mujeres, disfrutando de los placeres de la vida. Hoy se mira en el espejo y no es el mismo. El rostro que le devuelve la mirada ha tenido que pasar por peligrosas circunstancias: ha volado por los cielos, ha tenido vidas humanas en sus manos, ha salvado Nueva York de una invasión extraterrestre, ha conocido dioses y estuvo en peligro inminente de perder su vida. No cabe duda que Tony Starkya no es el mismo de antes.
Robert Downey Jr. se pone de nueva cuenta en la armadura rojo y oro del Hombre de Hierro para estelarizar Iron Man 3, una película que busca mantener su propio tono, luego de la aparición del personaje en la visualmente espectacular The Avengers. “No intentamos retomar nada del pasado, es un comienzo completamente nuevo”, explica Downey Jr., al definir el tono de la película. En el largometraje, que se estrena este viernes en las salas de cine, participan Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Guy Pearce, Rebecca Hall y el ganador del Oscar, por Gandhi en 1982, Ben Kingsley, como el malvado Mandarín.
La primera película vio nacer al héroe. La segunda le permitió conciliarse con su pasado y ahora, expone el protagonista de la cinta, “con todos estos platos sobre la mesa, tenemos que responder una pregunta que todos nos hacemos en la vida: ¿qué sigue para mí? Con todo lo que le pasa a Stark, ¿a dónde debe ir?”.
La película muestra la evolución de un héroe que lo mismo puede ser maduro, que un completo irresponsable, “porque eso es muy Tony Stark”, afirmó Robert con una sonrisa.
El Mandarín
Iron Man 3, que sigue la trama de Stark de los dos títulos anteriores de Marvel, se centra en el malo diabólico conocido como El Mandarín (Ben Kingsley), empeñado en la destrucción de Estados Unidos.
Cuando El Mandarín destruye el mundo personal de Stark así como su traje de superhéroe, Stark debe empezar desde cero, reconstruir su traje, liberar a la mujer que ama y salvar al país de la destrucción.
Bombas en mitad de la multitud y edificios destruidos aparecen en la película, que según el reparto, dice que reflejan las amenazas de la vida real.