Habían salido a votar pero al llegar, la casilla había desaparecido hurtada por un grupo de encapuchados.
«Que poca madre tienen ¿Y mi voto? ¿mi derecho a votar? Para que tanta presencia del ejército y de la Policía Federal si no hacen nada contra estos delincuentes».
La voz reflejaba la furia y la impotencia de quien ve violentado -por un grupo autodenominado democrático- uno de los derechos ciudadanos constitucionales.
Los vidrios hechos rompecabezas en el piso, la papelería desojada y el medidor de luz desorbitado, explicaban los motivos de la cancelación de las votaciones en la casilla ubicada al interior de la Universidad Vasconcelos en la calle de Abasolo en el Centro Histórico.
«Esto ya es mucho. No es posible que una bola de holgazanes vayan por la fuerza en contra de la voluntad de la mayoría», agregó indignada otra voz quien al llegar al punto de votación se encontró con un letrero que señalaba «Esta institución ha dejado de fungir como casilla».
La familia Sibaja llegó 15 minutos antes del cierre de las votaciones. Cuatro eran los votantes con derecho coartado.
«Esto es absolutamente indebido porque nos están cancelando la única oportunidad que tenemos los ciudadanos comuneros para manifestarnos y expresar nuestro sentir», lamentó el padre de familia.
Como acostumbran en cada proceso electoral, los Sibaja se había reunido después de sus actividades laborales para emitir su voto. Caminaron de su casa hacia la casilla en donde no encontraron más explicación que la del letrero.
«Siempre he pensado que la vía pacífica es la que debemos de adoptar pero con esto la cierran. La única pregunta que yo me hago es ¿dónde está el gobierno, tenemos gobernabilidad?, el gobierno también debiera proteger mis derechos y hacer que yo también hubiera podido salir a votar. Tiene premio ser violento, ese es el mensaje que nos están dando», recriminó.
Fue alrededor de las 13 horas, al paso de la marcha de pies cansados del magisterio cuando un grupo de personas cubiertas del rostro tomó por la fuerza las urnas y salió con ellas para después quemarlas en el zócalo de la capital como parte de su llamado boicot electoral.
También fueron hurtadas las casillas ubicadas al interior del Hospital de zona del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Esta situación obligó a que en algunas casillas como la 0528 ubicada en la Colonia La Cascada y la 0567 en la Colonia reforma, en donde los funcionarios de casilla recibieran la instrucción del INE de suspender por media hora las votaciones ante el riesgo de que las caravanas de encapuchados pudieran irrumpir en el lugar.
«Y dicen que hubieron condiciones para salir a votar. No sé como se atreven a asegurarlo», reclamó alguien visto sin la posibilidad de emitir su voto.
fuente noticiasnet.mx