ndígenas de la Sierra Sur y de la Mixteca interpusieron y ganaron un amparo federal en contra de las obras del Centro Cultural y de Convenciones (CCCO), ahora por afectaciones a la identidad y patrimonio prehispánico y cultural de los oaxaqueños.
No obstante, los trabajos de construcción del estacionamiento continúan día y noche, además de que se confirmó que uno de los dos edificios es de cinco niveles, y que obstruye totalmente la visibilidad del cerro del Fortín, desde las colonias Guelaguetza y Azucenas.
Una de las personas inconformes, Odilia Sánchez Galicia, lamentó que el Juez Primero de Distrito haya pospuesto por décima ocasión la audiencia constitucional por el amparo que interpusieron desde hace medio año a fin de detener totalmente las obras.
Asimismo, denunció que se continúen tirando los árboles, ahora en la calle de acceso al asentamiento y fuera del área de edificación.
En entrevista este domingo, explicó que con respecto al expediente 482/2015, por décima ocasión el juez difirió la audiencia constitucional y por tanto aún no define si se suspende en definitiva o no la obra, promovida por la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico (Styde), a través del Fideicomiso para el Desarrollo Logístico del Estado de Oaxaca (Fidelo).
«Nos da mucha tristeza saber que las leyes son letra muerta en México, al juez mismo no hace caso; hemos denunciado que la aplicación de la ley no la vemos», dijo la mujer, que junto con un grupo de vecinos interpuso el primer amparo, y en cuya lucha en defensa del cerro se mantienen también el pintor Francisco Toledo e integrantes del Frente en Defensa del Cerro del Fortín.
Explicó que hace un mes, dos originarios, de la Sierra Sur y de la Mixteca, interpusieron y lograron otro amparo federal, al considerar que el cerro del Fortín es un sitio sagrado desde la época prehispánica, conocido primero como «Huaxyacac», cuyo nombre dio origen al de Oaxaca.
Por lo tanto al dañarlo con las obras de construcción, afectan directamente el patrimonio cultural e histórico de la capital y del estado, además de la identidad de los oaxaqueños.
«Tardaron mucho para darnos el amparo –número 1173– provisional pero como si nada. No obedecen, siguen trabajado, sigue tirando árboles; es una zona de excepción, hacen lo que quieren, hasta perros tienen adentro para cuidar el área.
«Dentro de nuestra propia colonia no podemos transitar libremente, no podemos caminar debido a tanta maquinaria y camionetas, no podemos dormir por el exceso de ruido; la calle se está destruyendo por causa de las máquinas; aquí no hay leyes estatales ni federales ni municipales, estamos en el total desamparo», dijo.
Lamentó el «brutal» daño al medio ambiente con la continua tala de árboles y la nula atención del gobierno municipal como del Instituto Estatal de Ecología, para vigilar que se cumpla la normatividad establecida en el permiso de impacto ambiental.
fuente noticiasnet.mx