El oficio religioso ecuménico en memoria de las víctimas de la Maratón de Boston comenzó hoy en la Catedral de la Santa Cruz con mensajes de fuerza y resurgimiento y con la asistencia del presidente estadounidense, Barack Obama, y las autoridades del estado de Massachusetts.
Uno de los primeros en hablar, el alcalde de la ciudad, Thomas Menino, recordó que tras el atentando, que dejó tres muertos y más de 170 heridos, «el amor ha cubierto esta resistente ciudad. Nunca la he amado más que hoy».
«Amamos a los padres y hermanos que se quitaron sus camisas para detener la sangre. A los que dijeron lo tuyo es mío», dijo Menino, quien aseguró que Boston se ha convertido en la ciudad del «coraje, la compasión y la fuerza».
Una pastor presbiteriana abrió las lecturas y recordó que «Dios está aquí, en esta reunión de razas y credos» y aseguró que «la comunidad se recuperará» tras la tragedia.
El presidente Obama y la primera dama, Michelle, aterrizaron hoy en Boston para asistir a la ceremonia religiosa con varias confesiones en homenaje a las víctimas de los atentados del pasado lunes.
El servicio religioso, en el que participan líderes de diversos credos, lleva el lema «Cicatrizando las heridas de nuestra ciudad» y en él se escuchan las notas del violonchelo de Yo-Yo Ma.
El perímetro y los accesos de la Catedral están cortados para despejar el camino del presidente y las medidas de seguridad, ya de por sí altas, se han extremado en una ciudad que poco a poco se recupera del atentado de la maratón.
En la ceremonia están presentes además los ex gobernadores del estado de Massachusetts, como el candidato presidencial republicano en las pasadas elecciones, Mitt Romney.
La ceremonia, la primera organizada a gran escala en la ciudad para recordar a las víctimas, puede ser seguida por televisión y en pantallas instaladas en un colegio cercano para los ciudadanos que no han podido acceder a la catedral.
El lunes fallecieron el niño de ocho años Martin Richard, la joven de 29 años Krystle Campbell y la estudiante de la Universidad de Boston y ciudadana china Lu Lingzi, de 23 años, y para cuya familia se están acelerando los trámites a fin de que vuelen hacia Boston.