Cada temporada de sequía, Oaxaca de Juárez y otros cuatro municipios de donde se extrae el agua para un padrón de 85 mil usuarios en la zona metropolitana, son puestos en jaque por la falta de medidas integrales que permitan garantizar el derecho humano al agua en forma suficiente.
La etapa crítica de escasez que se esperaba en este mes se adelantó desde febrero. Los acuíferos de donde se recargan 41 pozos profundos no recibieron la suficiente agua de lluvia en 2018, ni en 2019.
A pesar del panorama, cada vez más severo por la crisis climática, no existen acciones de mitigación ni el fomento de proyectos alternativos que a pequeña escala puedan disminuir la demanda desmedida de una población urbana que crece sin control ni educación ambiental.
En la temporada de lluvia el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Oaxaca (SAPAO) tiene la capacidad de suministrar hasta 680 litros por segundo y en mayo, el mes con la menor disposición de agua, éste disminuye hasta a 280 litros.
Además de ser poca el agua potable disponible, considera el director del Instituto de la Naturaleza y la Sociedad Oaxaqueña (INSO), Juan José Consejo Dueñas, se tira entre el 40 y 50 por ciento en una red en malas condiciones con fugas o tomas clandestinas a lo largo de los 15 kilómetros de tubería que conducen agua de los manantiales de San Agustín Etla a la ciudad de Oaxaca.
Robar el vital líquido
Ese “sacar el agua antes de que llegue a la ciudad” evidencia el enorme desperdicio “por malos manejos” y una red “muy vieja a la que no se le ha dado mantenimiento” que se combina con la falta de recarga de los mantos acuíferos porque cumplían una función de “esponja”.
Es el cuidado de los bosques donde el presidente del Comisariado de Bienes Comunales de San Agustín Etla, Érick Pérez Ruiz, ve la clave para garantizar el agua para consumo humano.
El canal, que en estos días conduce 160 litros de agua por segundo y manda alrededor de 100 a la ciudad de Oaxaca disminuyó su capacidad por la plaga de gusano defoliador que hace dos décadas comenzó a dañar sus bosques y los que se reforestaron “apenas tienen un altura considerable”.
Ese daño a su ecosistema coincide con la falta de agua de lluvia en los dos años anteriores y que está seguro se repetirá en este 2020, sin que vea medidas que en la zona metropolitana se realicen para captar el agua de lluvia.
“Si no reforestamos, no vamos a tener agua en un futuro”. A esa advertencia Érick Pérez suma una queja recurrente, la ordeña de agua antes de que llegue a la ciudad porque la red de conducción que se habilitó desde 1922 pasa por terrenos particulares.
“El desperdicio es un tema que las autoridades conocen, pero no le quieren poner atención” y el “robo del agua” que deberían recibir los capitalinos no se sanciona.
Agua de pozos profundos
El director técnico del SAPAO, Miguel Ángel Morales y Morales reconoce que únicamente del manantial de San Agustín Etla en estos días reciben 55 litros “medibles” por segundo. El resto, para completar los 280 litros o hasta 680, según la temporada del año, se extraen de 41 pozos profundos, pues ya no se recibe nada del manantial de San Andrés Huayápam, municipio conurbado, que está seco y el de San Felipe del Agua (con seis litros por segundo) apenas y alcanza para quienes viven ahí en esa agencia al norte de la ciudad.
El 90 por ciento del agua que se suministra en la ciudad de Oaxaca proviene de 41 pozos, dos de ellos en rehabilitación, Laureles y Tecnológico, ambos en la agencia de Pueblo Nuevo.
Hablar de cuántos pozos opera SAPAO en municipios como Santa Cruz Xoxocotlán “implica un riesgo”, porque ese municipio tiene problemas de agua y aún así permite su extracción.
En total, SAPAO tiene una concesión otorgada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para aprovechar anualmente 33 mil millones de metros cúbicos al año, pero apenas extrae 14 mil o 13 mil millones y en este 2020 se estima bajará a 10 mil millones de metros cúbicos porque 2019 fue un año saco y el agua en los mantos freáticos “está bajísima”.
Esperar más
Si hace semanas a una colonia tardaba ocho días en habilitarse el servicio de agua, ahora tarda 12 o 15 días. Si recibían durante ocho horas agua, ahora el tiempo se reduce a seis horas.
Es en las partes altas donde el agua llega por períodos muy reducidos, «estamos teniendo una cobertura del 85 por ciento”, reconoce Morales y Morales como parte de un sistema que tiene problemas de recaudación -pues se han regularizado de manera reciente entre 4 mil y 5 mil usuarios que recibían el agua sin pagarla- y que le cuesta 20 pesos suministrar un metro cúbico que a los usuarios con la tarifa más baja se les cobra a dos pesos con 87 centavos.
Entre los 22 municipios que para la primera quincena de febrero el Monitor de Sequía de la Conagua enfrentan sequía moderada o severa, no se contempla a Oaxaca de Juárez, Santa Cruz Xoxocotlán, San Jacinto Amilpas, Santa Lucía del Camino o San Antonio de la Cal, en donde están distribuidos 41 pozos profundos que abastecen de agua a la ciudad.
Para el jefe del área de meteorología del Organismo de Cuenca Pacífico Sur, Julio Salazar Falfan, el problema no es la disposición de agua, sino su alta demanda y mala administración. SAPAO se limita a administrar la escasez.
FUENTE STAFF