Los pobladores de San Juan Chapultepec viven un “toque de queda” impuesto por el crimen y la delincuencia. “A partir de las 8 de la noche, ya nadie sale de sus casas”, aseguró Hilaria Sánchez, vendedora de golosinas. En tanto, doña Matilde Díaz, vecina, denunció que en una de las calles con escasa luz eléctrica, existe un grupo de vándalos que acosa a las mujeres cuando éstas van camino a sus hogares: “Las tocan, las manosean y no hay nadie que nos ayude”, precisa. A su vez, el agente municipal, Norberto Ayala Vega, dijo que aunque conoce su responsabilidad no le compete “andar por las calles todos los días con un rifle en el hombro.
“Yo te voy a hablar claro: aquí hay dengue y hay delincuencia, pero la estamos combatiendo”, comentó.
San Juan Chapultepec está ubicado a 4 kilómetros, al suroeste del Centro de la Ciudad de Oaxaca. Posee un total de 15 mil habitantes, distribuidos en 19 barrios. Junto con Montoya y San Martín, son considerados por la Policía Municipal de Oaxaca de Juárez como “foco rojo” a causa de la delincuencia pues abundan pandillas peligrosas de “cholos”, así como lugares en donde se vende droga al menudeo.
En un escenario donde se respira inseguridad, se levantan casas protegidas con rejas de acero y cercas eléctricas. Calles empinadas pierden con facilidad a quien no conoce la zona y te enredan como si se tratase de un laberinto. Aquí, se erige uno de las agencias más antiguas de Oaxaca: San Juan Chapultepec, donde la delincuencia ha obligado a sus habitantes a vivir en una especie de toque de queda.
ENCOMENDARSE A DIOS, LA OPCIÓN
“Ya no tenemos otra opción que encomendarnos a Dios cada día cuando salimos de casa. Los delincuentes actúan en libertad sin que las autoridades hagan algo. Hace poco un asaltante intentaba entrar en una casa habitación, llamamos a la policía y nunca llegó”, comentó en entrevista, Ruperta, habitante de la Agencia de San Juan Chapultepec.
Hilaria, quien vende golosinas frente a la Plaza Municipal, se obliga a regresar a casa antes de las 8 de la noche para evitar que le roben su mercancía. Detalla que Jóvenes vándalos han hecho del Barrio de los Coquitos y el Barrio de las Peñas el sitio donde se drogan y cometen sus actos delictivos.
La señora, que habita en San Juanito, dice que todos los días se encomienda a Dios al salir de su hogar para que la proteja durante su trayecto a su lugar de trabajo y de regreso a casa: “ya no podemos salir después de las 8 de la noche, hay drogadictos por todos lados y la policía no hace nada”.
“Pues que le digo joven”, describe con desánimo la vendedora de oficio cuando explica que la delincuencia es un problema grave en la agencia donde los drogadictos asaltan para conseguir su droga a un costado del panteón y en el trayecto que conecta a la Central de Abastos con “San Juanito”, dice, sobre todo a los obreros que regresan, ya cansados, alrededor de las 8 o 9 de la noche a sus hogares.
“Ahora he tenido que tomar otras medidas. Antes vendía hasta las 10 u 11 de la noche, ahora procuró irme antes de que se meta el sol e incluso, llego antes de que los niños entren a la guardería y me voy 1 o 2 horas después de hora de salida aunque eso signifique que venda menos”, comentó.
NO HAY POLICÍA: SACRISTÁN
En tanto el sacristán de la iglesia dedicada a San Juan Bautista, dijo que la delincuencia en el sitio es tan alarmante que los feligreses acuden con reserva a las liturgias que se desarrollan por la tarde. El problema, agregó, se debe a la carencia de un cuerpo policiaco capaz de patrullar por las subidas y las calles estrechas.
“Es increíble, pero frente a la plazuela se juntan los cholos a drogarse y la policía aunque los ve, no los invita al menos a retirarse. No sé si es falta de compromiso, operatividad o de recursos, pero lo único cierto es que urge se efectúe un plan para abatir la delincuencia y asegurar la protección de quienes viven en la agencia”, expuso.
Por su parte, otra de las habitantes de San Juanito, Matilde Díaz, increpó al agente municipal, mientras este resguardaba a trabajadores que colocaban nuevas luminaria en la calle arroyo seco. En el acto, pidió al funcionario la implementación urgente de medidas fuertes de seguridad debido a que en la agencia ya no existe un sólo barrio seguro.
Describió que en dicha calle, hay una zona con escasa iluminación y un árbol frondoso, donde los vecinos han detectado la presencia de vándalos que acosan a las mujeres que pasan por el sitio rumbo a su hogar, generalmente por la noche: “además de gritarles groserías, las intentan agarrar e incluso las manosean”, enfatizó.
En tanto, el agente municipal Norberto Ayala Vega, dijo que aunque conoce su responsabilidad no le compete “andar por las calles todos los días con un rifle en el hombro”.
Explicó que en algunas zonas, frente a casas particulares, se juntan bandas de jóvenes, denominados “cholos”, los cuales son solapados por sus padres quienes permiten que se dediquen a robar.
“Nosotros como agencia estamos tratando de que la delincuencia no nos supere, pero tampoco podemos conformar un frente de choque, delincuentes contra ciudadanos, porque lo primero que tenemos que hacer es buscar las formas correctas para disminuir estas transgresiones a la ley”, describió.
Ayala Vega dijo que son tres patrullas las que actúan en la Agencia de Montoya, San Martín Mexicapam y San Juan Chapultepec otorgadas por Seguridad Pública Municipal: “la zona es grandísima, tres patrullas no bastan para cubrir toda la zona, sin embargo, cuando llegué de agente sólo existía una”, agregó.
Por último, reconoció que es sumamente imposible que exista un policía por cada ciudadano, por ello, recomendó a los ciudadanos a buscar el método para evitar acciones y zonas de riesgo: “nosotros estamos buscando que se activen los rondines nocturnos por parte de los colonos. A ellos, también les corresponde evitar transitar por lugares sin iluminación y conductas de riesgo como el ir hablando por celular cuando te diriges a un sitio”, concluyó.
fuente tiempoenlinea.com.mx